“Sin leña se apaga el fuego, y donde no hay chismoso, cesa la contienda.”
Proverbios 26:20
* **¿Quién tiene leña?*, parece decir la contienda, *necesito de un chisme, un exabrupto, un reclamo, un comentario insidioso, una burla, o cualquier palabra mal puesta y peor dicha, para seguir encendida.* Y, la contienda ya no necesita de una chispa, porque ya está encendida, necesita de leña, que arda, y mejor si es seca y de buen material, de esos que hasta hacen crepitar el ambiente. ¿Hemos llegado a un lugar en dónde la contienda ya está encendida? ¡Cuantas palabras no se nos ocurren para convertir el fuego en un incendio!, y, esto es interesante, tenemos el honor de elegir decirlas, o, *calladito me veo más bonito.*El tema de hoy es un tema social, y de presencia diaria, porque la contienda está a la orden del día, y es promovida de muchas formas. A ver, ¿acaso los diarios cuya tarea es informar no proponen temas de contienda?, y todos los días. Pero es que la contienda se esconde hasta detrás de un buen comentario y mejor noticia, y depende de lo que se diga alrededor de la información, para, ¡zas!, que aparezca la chispa y la contienda entra suave, o más escandalosa y dura que un buen tsunami. Y es aquí en dónde entramos todos los actores sociales: ya la contienda está planteada y plantada, y entonces, solo entonces, demostramos si somos proveedores de leña, o no. Y, no es que no la tengamos, es que decidimos sacarla o no. ¿Vemos el punto?El honor de elegir, frase que la primera vez la vi escrita así, fue en uno de los libros del prolijo escritor Max Lucado, y me gusta plantearla así. El pastor Cash Luna lo dice de otra forma, *Usted escoge, solo usted*. Y aquí estamos frente a un evento social en dónde la decisión que se tome, hace la diferencia. ¿Aprender a callar?, es una tarea difícil, porque no me dejarán mentir que muchas veces, estando seguros que lo que decimos no es malo, *parecemos calcetín, abrimos la boca y metemos la pata*. Otras veces, ni pensamos que es bueno o malo, simplemente lo decimos, porque así somos, actores sociales comunicadores. Y es que a unos nos cuesta más que a otros. Saber cuándo callar, cómo Dios, que sabe callar de amor, ¡ah!, debemos acudir a Él para que por medio de su Espíritu nos enseñe.Y este es el meollo del asunto, saber sujetarse al Espíritu, tarea diaria, tarea que no podemos dejar de hacer ni por un instante, porque en un instante, encendemos un fuego que arrasa hasta un bosque tupido. ¿Y los que son chismosos de profesión? Bueno esto es otro tema muy delicado. ¿Cómo dejar de ser chismoso?, bueno, comunicador o *buena gente que todo lo informa*. Te propongo un método para que se lo cuentes a tus amigos y amigas, porque, tú ni lo necesitas, ¿cierto? Aquí va.Cuando estés en una reunión, o te den ganas de ir a buscar a alguien para contar algo que te acabas de enterar, antes de hacerlo, cuenta mentalmente de dos en dos, hasta 2, 436,000, y al llegar al 234,000, acompaña el conteo con una alabanza mental a Dios. Si al terminar, todavía tienes ganas de hacerlo, consulta tú médico, y te recomiendo uno: Jesucristo, a través del Espíritu Santo de Dios. Sí, tienes razón, el tema es cuando llegas a un lugar en dónde hay contienda, pues traga saliva y empieza a contar. ¿Si tienes que salir corriendo?, pues corre, corre y corre, hasta que llegues a tu cuarto, y enciérrate para orar al Padre, y el Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. ¿Receta en broma?, no. Gracias a Dios por su don inefable.Buen tema, ¿no? Y mejor solución. Oscar Eugenio Dubon Palma, el tal Tachus, interesante, ¿no?
Este tema aunque con mucho humor me pareció lindo compartirlo pues la verdad que si nos escudriñamos podemos caer en el chisme y en la murmuracion y esta nos va apagando el fuego por las cosas de Dios...ha examinarnos y a tomar accion...a contar hasta donde sea necesario y si aun asi no podemos detener esta adiccion, entonces a arrepentirnos delante de Todopoderoso....Amen..Abrazos de su amiga de siempre Pastora Xenia Alvarez
No hay comentarios.:
Publicar un comentario